Los periódicos embarcados, una rareza bibliográfica
Desde 1890 la construcción de buque trasatlánticos no fue solo un reto técnico sino también una carrera de prestigio nacional. Se buscaba construir barcos más grandes, más rápidos y más lujosos. El refinamiento no solo se plasmaba en la ornamentación y el espacio, sino en los servicios de entretenimiento que se prestaban a los pasajeros: la biblioteca del barco fue, desde el principio, uno de los aspectos más cuidados.
La calidad y formato de estos periódicos varió mucho con los años y siempre en relación con el tonelaje de los buques: a mayor capacidad, más público al que dirigirse y más espacio para dedicarlo a la impresión.