Los trabajadores
Desde la aparición de la industria textil, las factorías se nutrían en gran medida de trabajo femenino e infantil. Al tratarse de una industria que requería mucha mano de obra, se empleaban principalmente mujeres porque percibían menor salario y por su habilidad, al ser el hilado una de las actividades femeninas dentro de la economía campesina.
Los menores comenzaban a la edad de 14 años y eran especialmente utilizados para el mantenimiento de las hilanderas, en las que su tamaño y habilidad eran muy útiles para limpiar y engrasar las máquinas. Los varones adultos se concentraban en las tareas que implicaban fuerza física, reparación de máquinas o puestos directivos.
Las condiciones de trabajo eran especialmente duras. Se trataba de gentes no acostumbrada al manejo de máquinas, en un entorno fabril muy exigente (turnos, tiempos, etc) y con numerosas sanciones por comportamientos como silbar. No es de extrañar que las trabajadoras raramente superaran los dos años de empleo en la fábrica.