Los trabajadores

Desde la aparición de la industria textil, las factorías se nutrían en gran medida de trabajo femenino e infantil. Al tratarse de una industria que requería mucha mano de obra, se empleaban principalmente mujeres porque percibían menor salario y por su habilidad, al ser el hilado una de las actividades femeninas dentro de la economía campesina.

Los menores comenzaban a la edad de 14 años y eran especialmente utilizados para el mantenimiento de las hilanderas, en las que su tamaño y habilidad eran muy útiles para limpiar y engrasar las máquinas. Los varones adultos se concentraban en las tareas que implicaban fuerza física, reparación de máquinas o puestos directivos. 

Las condiciones de trabajo eran especialmente duras. Se trataba de gentes no acostumbrada al manejo de máquinas, en un entorno fabril muy exigente (turnos, tiempos, etc) y con numerosas sanciones por comportamientos como silbar. No es de extrañar que las trabajadoras raramente superaran los dos años de empleo en la fábrica.

En el caso de los hombres supuso la aparición del obrero mixto figura sociológica que compaginaba las labores en el campo con el trabajo asalariado en las fábricas.Una mano de obra que se enrola en sectores poco cualificados y remunerados y que no se integra en sociedad urbana. Esta peculiaridad configurará un movimiento obrero caracterizado por la apatía y el absentismo laboral pero también sumiso y poco organizado.

Vida laboral

El estudio de los expedientes nos habla de los problemas de la incorporación de la mujer al mundo laboral, ya que el trabajo remunerado no implicaba dejar de llevar el peso de los cuidados del hogar. A pesar de suponer un importante ingreso extra para la economía familiar, son muy numerosos los casos de abandono de la empresa para casarse, cuidar a familiares o servir. Una vez casadas, necesitaban el consentimiento del marido y los escasos ejemplos de largas vidas laborales se encuentran en viudas o mujeres a cargo de la economía familiar.